En la actualidad, el sector económico no estatal cubano lo componen las cooperativas agropecuarias o las autorizadas en la esfera de los servicios; Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC); productores agropecuarios no socializados y trabajadores por cuenta propia (TCP). En cada uno de estos sectores, la dinámica de los precios asume características particulares, en especial a las relativas con los TCP.
El precio deviene expresión monetaria del valor de la mercancía, y es una importante categoría de las relaciones monetario-mercantiles. En ese sentido, iguala las mercancías a una cantidad determinada de dinero, y esta relación de cambio mercancía-dinero, expresa a su vez no solo la magnitud del valor de esa mercancía, sino también las condiciones concretas de su realización. Todavía hoy en Cuba es muy enrevesado el laberinto socioeconómico que conduce al encuentro del punto de equilibrio entre las necesidades sociales y las expectativas de los productores no estatales. De ahí que en la actualización del modelo económico cubano, los precios deben reflejar los hechos económicos con mayor objetividad, como única vía para estimular la eficiencia e incrementar el estímulo al trabajador por cuenta propia y satisfacer –de modo asequible a todos los bolsillos- las necesidades de los clientes potenciales.
A la hora de fijar los precios de los productos o servicios, deben considerarse las reacciones del cliente, el nivel de competencia y el estado general de la economía de Cuba. Ahora bien, con frecuencia los precios bajos inspiran desconfianza y se precisa estudiar a fondo el área donde establecerá su negocio por cuenta propia. Los emprendimientos de los TCP no existen en el vacío, por lo que los responsables de estos negocios deben reconocer la función de otros TCP del mismo territorio, integrados (conscientes o no) en un sistema competitivo, lo cual influye en los precios. La decisión del trabajador por cuenta propia de competir de manera gradual en precios, tomando en cuenta las diferencias –aunque sean pequeñas- con otros negocios de perfil similar, es crucial para determinar los precios de sus mercancías.
En Cuba tampoco se puede perder de vista al fijar los precios en los negocios por cuenta propia, la disponibilidad de trabajadores a partir del 2011 por reducción de plantillas, la inflación en el precio de algunas mercancías fundamentalmente alimenticias, las políticas gubernamentales y las posibilidades reales de inversión, influyentes todas en la capacidad de compra de los clientes y, por tanto, en los precios. Otro factor a tener en cuenta con los márgenes de ganancias, aspecto sobre el cual la mayoría de los TCP tienen nociones muy vagas.
Por tanto, si los precios son muy bajos y no cubren gastos, o elevados al punto de no estimular al cliente, el negocio por cuenta propia fracasa. De ahí que en los próximos capítulos analizaremos a fondo este tema.