Las sociedades offshore se han consolidado como un acertado mecanismo para limitar la responsabilidad de los accionistas, al reducir o, en no pocas ocasiones, anular la carga fiscal. Los usos de este tipo de sociedades se han diversificado y ampliado en la actualidad.
Otra ventaja de las sociedades offshore es que posibilitan comprar y vender mercancías a su propia empresa nacional u otras, facturando el precio deseado y también son útiles para facturar servicios como si estos fueran ejecutados desde el exterior, para así eludir impuestos sobre consultorías, servicios web, libros, artículos, etc.)
Gracias a las potencialidades de las sociedades offshore las personas pueden proteger mejor sus bienes en su propio país o en el exterior, evitar secuestros judiciales, eludir la tasa de sucesión y así garantizar un mejor futuro a la familia.
Entre todas las jurisdicciones en las que es posible registrar una sociedad offshore, Panamá sobresale por las diferentes ventajas que ofrece. Desde 1932, con la aplicación de una novedosa ley, Panamá se convirtió en el paraíso fiscal más completo y hoy día, con más de 150 bancos trabajando allí, ese país está considerado como uno de los mayores centros financieros del mundo.
Entre los elementos que distinguen a Panamá por encima de otras jurisdicciones está su estabilidad política, reafirmada con la elección de Juan Carlos Varela como presidente, su crecimiento económico sostenido que lo ha convertido en un país de referencia, no solo en Latinoamérica, la facilidad de desplazamiento, a partir del hub formado en el aeropuerto de Tocumen y las excelentes telecomunicaciones disponibles.
Las sociedades offshore registradas en Panamá pueden ser administradas desde cualquier lugar del mundo; además, quedan totalmente exentas de impuestos sobre las ganancias obtenidas fuera de ese territorio y no existe la obligación de presentar balances o declaraciones de renta. En el estatuto de formación aparecen tres directores; mientras las acciones son al portador.
Además, este bufete jurídico provee los directores, en caso de que el cliente no desee aparecer en ningún documento y extiende un poder general, notariado y apostillado, reconocido por el Ministerio de Relaciones Exteriores, para que el cliente pueda administrar su sociedad offshore, comprar, vender, abrir cuentas bancarias y sucursales sin necesidad de estar físicamente en un sitio.